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La exclusividad de este lugar se mide por sus pocos platos de la carta y sus 70 puestos que hacen cada comensal sea único.
Sus dueños lo describen como un restaurante de cocina abierta que "lejos de presentar platos ligados a una nacionalidad específica o limitados a las carnes o a la sazón regional, hace de la cocina toda una experiencia"
Su carta es producto de una exploración de varios años del chef Rodrigo Isaza donde predomina el equilibrio entre los sabores nuestros y los de otras culturas utilizando diferentes técnicas culinarias para ofrecer opción una muy propia, rica en sabores y con capacidad de sorprender a los visitantes.
La amplia y variada carta de vinos hace del lugar no sólo una experiencia al comer sino al beber para quienes disfrutan del buen maridaje.